domingo, 19 de mayo de 2019

MoTorote Weekend 2019 - Cuenca Edition

     Desde la Asociación Motera MoTorote nos hemos despedido de nuestros socios con un último evento, un fin de semana en Cuenca rodando por algunas de sus carreteras, y en De Curvas nos hemos encargado de diseñar la ruta, en la cual hemos mezclado tramos de pura conducción, entornos maravillosos y monumentos naturales.

Descubre nuestra ruta AQUÍ.
     Uña fue la localidad elegida como centro neurálgico del fin de semana, y el Ventano del Diablo, la primera parada escogida. Pocos kilómetros desde Uña, pero disfrutones, aun sin estar en perfecto estado la CM-2105 es muy divertida, y desde el mirador del Ventano, tendremos una impresionante vista sobre el cañón del Júcar, con buitres volando muy cerca de nosotros y otros posados en la pared del cañón, los cuales podremos ver desde nuestra posición sin mucho esfuerzo. De vuelta en nuestras motos, el siguiente punto de paso será Cañamares. Tras bajar hasta el nivel del río en Villalba de la Sierra, nos dirigimos a Ribatajada vía Arcos de la Sierra. Aquí las curvas son suaves pero constantes, haciendo nuestro camino muy llevadero hasta llegar a Cañamares, donde tomaremos el almuerzo antes de afrontar el plato fuerte del día. Desde este blog ya habíamos tenido la ocasión de rodar por allí, no así todos los asistentes al Weekend, y les encantó, y es que si no te gustan los 47 kilómetros que separan la piscina natural del río Escabas y la localidad de Masegosa, recorridos todos ellos por la CUV-9031, lo siento amigo, pero a ti no te gustan las motos!!
Algunos de los asistentes al Weekend, rodando junto al río Escabas, por la maravillosa CUV-9031.
     Bromas aparte, lo cierto es que sus 47 kilómetros no te darán un respiro en buena parte de su recorrido, un sinfín de curvas aderezado con un asfalto en buenas condiciones y anchura suficiente, eso, suficiente, para poder disfrutar de la conducción durante mucho tiempo, hacen de ella uno de nuestros tramos favoritos de todos por los que hemos rodado.


     Acabada la diversión en Masegosa, nos dirigimos hasta el nacimiento del río Cuervo, donde nos espera la comida, la cual ayudaremos a bajar en un paseo hasta la cascada del río. A quien no lo conozca, se lo recomendamos visitar a la mayor brevedad posible, ya que está precioso en esta época del año.

Sobran las palabras.
     Tras el paseo por el Cuervo, nos vamos a adentrar en lo mas profundo de la serranía conquense, tan profundo como para estar criando osos pardos en semilibertad. Si un día te abduce un ovni y te suelta aquí, no sabrías decir si estás en Canadá o a dos pasos de Cuenca, hay tanto pino que perfectamente podrían haber rodado aquí Twin Peaks...  Un mirador cerca del pueblo de Las Majadas es nuestro siguiente destino, tras salir del restaurante, continuamos dirección Tragacete por la CM-2106, a la cual nos habíamos incorporado en Masegosa. Poco después veremos a la derecha la señal del desvío hacia Las Majadas. Nos olvidamos por bastante tiempo de carreteras anchas y asfaltos buenos, sobre todo durante los primeros kilómetros, que ademas son de continua bajada. Bastante gravilla y algunos baches serán elementos a evitar hasta llegar al desvío de Poyatos, donde el estado de la carretera mejora un poco, sigue siendo bastante estrecha, pero ya no esta tan rota como al inicio.


     Al llegar a Las Majadas veremos un desvío a la izquierda que indica Uña, Los Callejones, y Mirador. Los Callejones son unas formaciones kársticas similares a las de la famosa Ciudad Encantada, sólo que aquí el paseo es mas corto, pero gratuito. Ya que la noche anterior había sido bastante larga, nos saltamos el paseo para ir al mirador, llamado del Tío Cogote, no me preguntes el porqué del nombre, sólo se decirte que es espectacular. Un balcón al vacío donde si eres afortunado, podrás ver volar los buitres por debajo de tu posición, eso si, si sufres de vértigo mejor no pases al otro lado de la barandilla.

Las Majadas, espectáculo natural.
 Si el tramo entre Cañamares y Masegosa era la joya del día, la carretera que separa Las Majadas de Uña ha sido el descubrimiento del año. Sigue siendo muy estrecha, pero su asfalto mejora una barbaridad, hasta el punto de no "preocuparte" de él y disfrutar del trazado y el paraje. El bosque empieza a abrirse, igual que sus curvas, carretera de meter tercera y casi olvidar la caja de cambios, al menos en motos como la alemana. Son cerca de 25 kilómetros de relajada conducción para terminar la jornada, ya que esta pequeña carretera termina en la CM-2105 junto al embalse de La Toba, ya muy cerca de nuestro hotel en Uña.


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